14/07/08

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Por MATHÍAS:
Todo tiene un inico, hasta mi vida. Nací un 4 de Julio del 1988, crecí y a los 15 años tuve que lidiar con mi extraña y reciente homosexualidad, aparte del divorcio de mis padres, que aún no superaba, aunque hace tiempo mi disfuncional familia se habia divorciado.

Yo me separaba de una vida basada en una sociedad utópica que copiaba modelos de otras, donde papá, mamá e hijos eran lo básico y cada uno cumplía un rol.
En el caso de mi padre era él que trabajaba como negro, se comunicaba como mudo y se le veía como eclipse; mi madre, esa sutil mezcla de Hitler con Madre Teresa; mis hermanos mayores que sólo jodían; mi hermana un poco floja y desinteresada en todo lo que no sea ella; por último YO, la cereza del helado, el gay de la familia.
Claro para ese entonces estaba en el closet con la puertita abierta viendo que había en el exterior o mejor dicho en la red, que era el lugar que pretendía ser yo o explorar si exisitían otros como yo. Decir closet es un poco estupido, aún no entiendo de donde proviene eso seguro que el que lo dijo tendría su colección de homosexualidades ahí o tal vez a su amante, en fin.

Por esos años no entendía bien lo que era mi condición, en mi colegio católico aprendí que ser gay era algo como: el errado, invertido, fallado, broca, basura, escoría de la humanidad, el antinatura, enfermo, el odio de un Dios que decía perdonar, o tal vez perdonarse así mismo por haber creado tal abominación, y del cual estaba hecho a imagen y semejanza aunque tal frase la sentía más distante que Saturno al Sol, yo la sentí así, pero luego de mucho pensar y reflexionar, llorar, maldecir, negar y etc. pues dije: "soy gay...a la mierda".

Y así empezó todo.

Aunque no sé como termine.

Sólo espero que bien nomas.

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